La compagine Habanera vittoriosa nella finale nazionale di Pelota
Enriquito Díaz impulsó las del sensacional triunfo
Doblete de Enriquito Díaz con dos a bordo dejó al campo a Villa Clara e Industriales obtuvo su décimo título en Serie Nacionales al imponerse 4x3 ante alrededor de 48 000 espectadores.
EL CAMARERO Enriquito Díaz transformó en locura azul el Latinoamericano, al conjuro de un oportuno estacazo que impulsó a Rudy Reyes y Yasser Otamendi para dejar al campo a Villa Clara y proporcionarle a Industriales su décimo título en series nacionales, primero en el Latinoamericano después de 18 años de espera.
Al imponerse 4x3 en el cuarto choque que cerró por todo lo alto el cuadragésimo tercer campeonato de la pelota cubana, el escuadrón azul dirigido por Rey Vicente Anglada y el armonioso colectivo que lo secundó, culminó contra todos los pronósticos una trayectoria de menos a más a costa de tres rivales: Sancti Spíritus, Pinar del Río y Villa Clara que registraron mejores balances, a los que dejó en el camino sumando once triunfos y tres reveses.
Con su conexión el pimentoso segunda base rememoró el kilométrico bambinazo de Agustín Marquetti que decidió el clásico frente a Vegueros con Rogelio García como víctima en el último pleito de la 25 Serie en 1986.
También es justo reconocer el valioso relevo del espigado Osbeck Castillo, quien logró su cuarto triunfo en postemporada, con un sencillo y cinco ponches, en sustitución de Yadel Martí, a partir del quinto en momentos que los naranjeros habían asumido el mando 3x2.
Comenzó su actuación retirando al peligroso Andy Zamora y en el resto solo se embasaron Ariel Borrero por boleto y casualmente Zamora por el imparable que permitió.
“Me sentí fuerte y con control en los rompimientos logré la victoria. Cuando me llamaron salí decidido a aguantar la situación y cumplí el propósito, del resto se encargaron mis compañeros”, acotó Castillo, ganador de catorce juegos en la temporada.
Industriales volvió a ganarle a Montes de Oca viniendo de abajo. Así lo hizo en el segundo pleito, cuando borró en el Sandino desventaja de cinco con un rally de ocho.
Ahora parecía que el veterano cobraba desquite para congelar el festín capitalino, que incluía actividades bailables amenizadas por distintos grupos musicales, entre ellos los conocidos Van Van, alrededor de la instalación insigne de la pelota cubana, así como fuegos artificiales preparados para celebrar el acontecimiento, anticipados al comienzo del partido.
La eficiente faena de relevo preservaba una raya de ventaja villaclareña alcanzada gracias a un error en tiro de Doelsis Linares en el quinto capítulo que permitió anotar a Orlando Acebey.
Sin embargo, tras haber retirado a nueve rivales por su turno, Rudy Reyes inició el noveno con doblete y acto seguido el emergente Yasser Otamendi se apuntó infield hit por tercera en toque para poner a hervir los repletos graderíos del coloso capitalino.
“Es el gran momento de mi vida como pelotero”, manifestó a JIT el nuevo héroe azul y el que más robo de bases y triples acumula en el clásico.
“Salí a empatar o decidir, no se podía desperdiciar la oportunidad y aproveché en conteo favorable una recta al centro de Montes de Oca para producir el batazo decisivo”, agregó el popular camarero citadino, respetado también por su eficiente servicio defensivo.
Después vino el estallido jubiloso y miles de enardecidos fanáticos se lanzaron al terreno rompiendo cercas y tablas protectoras, mientras el cielo se cubría con el colorido de los fuegos artificiales anunciando la segunda barrida consecutiva en finales de Industriales sobre Villa Clara, además el décimo triunfo al hilo en discusiones por el título.
La dirección azul sorprendió con la designación de Yadel Martí para abrir y el derecho de San Miguel del Padrón respondió a la altura de su categoría para callar a los aficionados que injustamente clamaron por su sustitución, los mismos que lo aplaudieron cuando abandonó en el quinto, tras rendir un buen pitcheo.
Yadel, con velocidad sobre las 90 millas, admitió dos carreras por sencillo de Eduardo Paret y doblete de Andy Zamora, y cuadrangular de Rafael Acebey en las dos primeras entradas, con las cuales los naranjeros asumieron el mando fugazmente.
Luego del toletazo de Acebey, su tercero en las fases de postemporada, el diestro retiró por su orden a once rivales hasta que el otro Acebey, Orlando jr., le conectó imparable al centro en el quinto y anotó por el tiro de Linares a la antesala, tras sencillo de Paret al territorio derecho.
Otro grande en el triunfo, Antonio Scull, se encargó de empatar a dos el peleado enfrentamiento con un cañonazo que fletó a Eliú Torres (infiel hit) y Yasser Gómez (forzó a Enriquito Díaz), además de sacar al abridor Roidel Enríquez, cuyo boleto a Linares dejó el escenario listo para el oportuno batazo del inicialista capitalino.
Volvió a quedar demostrado el axioma de que según producen Enriquito, Yasser, Tabares y Scull así marcha Industriales. En esta ocasión, el capitán Tabares no pudo alinear por una contracción por la cual fue sustituido en el tercero choque y le impidió actuar en el cuarto, Enriquito remolcó las del gane y Scull las que empataron, la segunda gracias a un formidable corring de Yasser.
Fiesta en la capital, alegría y júbilo por el décimo campeonato, máximo ganador de la pelota cubana. Fiesta en todo el país por el formidable torneo, cuyo epílogo será recordado por mucho tiempo.
Obviamente triteza en Villa Clara por el resultado, aunque justo es reconocer que fueron barridos los naranjeros pelearon y llegaron hasta donde los llevó el pitcheo, su talón de Aquiles desde el mismo inicio de temporada, además de otras debilidades que en los cruciales choques con Industriales le salieron a la cara.