Una tormenta local severa, según se conoció extraoficialmente con vientos de más de cien kilómetros por horas, se desató sobre la ciudad sobre las 4 y 30 de la tarde del pasado martes 5 de abril. Los vientos tumbaron árboles y postes y paralizaron el tráfico en varias zonas de la ciudad.
Pasadas las cuatro de la tarde una acumulación de nubes que se originó al noroeste de la ciudad, avanzó sobre ella en un frente de varios kilómetros y, primero con viento y luego con lluvia, estremeció la urbe en el horario en que la mayoría de sus habitantes salen del trabajo o las escuelas.
Durante más de dos horas, la inclemencia del tiempo tumbó arboles, ramas, tanques de basura, postes eléctricos, una pequeña estatua de José Martí, en la Avenida de los Presidentes y calle 5ta, en el Vedado, y todo cuanto no estuviera fuertemente sujeto al suelo. Las interrupciones eléctricas, algunas como medida de seguridad y otras por los daños ocasionados por el temporal, se extendieron en algunos lugares hasta pasada la medianoche.
Las autoridades no informaron sobre víctimas o derrumbes producto de la tormenta. Fuentes de la Unión Nacional Eléctrica, dijeron que se reportaron más de 360 averías de pequeña y mediana magnitud durante el fenómeno meteorológico.
Pocas horas después de pasado el temporal, la vida volvió a la normalidad.
Gli uomini buoni vanno in Paradiso, quelli cattivi a Patong